¿Cómo inicias el 2020?
- Rosalba J. Alvarez Hernández
- 3 ene 2020
- 4 Min. de lectura
"Los propósitos pueden parecerse más a los ideales, que a las realidades" Ross

Cada inicio de año, pareciera que nos predisponemos con la mejor de las actitudes para realizar muchas actividades. Es una época que tiene vestigio del espíritu navideño y que puede generar cambios positivos.
Sin embargo, con el pasar de los días y tal vez las rutinas, los meses se van convirtiendo en algo monótono y esa energía vívida se va apagando, lo que hace pensar en más de una vez, ¿por qué ocurre?, y si se tienen algunas herramientas de trabajo personal, puede ser que no solamente se queden en preguntas, sino en una búsqueda de soluciones.
Es común que al no lograr ciertos objetivos, la frustración sea la consecuencia, el enojo hacia uno mismo (a), y que los pensamientos fatalistas terminen por derrotar la voluntad. Pues bueno, si eso te ha pasado, deseo que me acompañes a analizar lo siguiente:
1.-Planear sin planear tu vida
De alguna forma es importante tener una idea un poco más estructurada de lo que se pretende alcanzar en la vida, de ahí que un Plan de Vida es funcional. Hacer las divisiones en; familia, pareja, trabajo, profesión, grupos sociales, uno mismo, es básico.
Sin embargo, en lugar de propósitos, observar la vida actual, del presente y colocar el propósito a corto plazo, seguido de las acciones concretas que son viables de realizar cada día, para alcanzar ese objetivo. Una calendarización , con la finalidad de poner a prueba las acciones que se han propuesto, es una excelente estrategia.
Sin embargo es importante saber, que planear no significa rigidizar las metas, sino más bien, fluir con las lecciones de la vida. Ser conscientes de que la mente es capaz de planificar, pero no de predecir el futuro, además de que hay experiencias que se imponen ante cualquier planeación.
2.-Los propósitos necesitan hacerte crecer como persona
En ocasiones algunos propósitos planteados, sólo consideran aspectos materiales, los más tangibles, pero poco se propone sobre mejorar hábitos en la forma de relacionarse con las personas, en dejar la envidia, el recelo o rencor como formas de vida; ser más empático con las personas, etc.
Esta es una de las situaciones, que en mi experiencia personal, he logrado observar, que cuando las pierdo de vista, la vida me las hace recordar. Por eso hoy, las sugiero como propósitos en el apartado de "Uno Mismo".
3.-Las estrategias no son reales o no son las más adecuadas para cada quien
Saber qué es lo mejor por hacer en cada propósito, parece sencillo, puesto que hay personas que también persiguen las mismas metas y han logrado buenos resultados con diferentes estrategias; sin embargo, eso no significa que para cada persona, funcione igual que para ti.
Ejemplo: si una chica desea bajar de peso y su mejor amiga le dijo que dejara de cenar, que con eso ella bajó y ella sigue sus consejos, ¿qué puede pasar? en primera no sabemos la salud de cada chica, lo segundo es si saben mínimamente alguna información de nutrición y estos factores van a detonar en resultados diferentes.
Por esta razón, la recomendación es poder solicitar una asesoría psicológica, en la que paso a paso se pueden descubrir las mejores herramientas para cada propósito.
4.-La constancia
Las personas batallamos con la parte de ser constantes en un hábito e incluso cuando se llevan muchos intentos para lograrlo y no se ve el resultado deseado, hasta llegamos a decir "nos gusta la mala vida", pero, ¿qué hay detrás de no poder seguir un hábito?, pueden ser muchos factores, pero lo que identifico en este momento son:
Los hábitos no son adecuados para el estilo de vida de la persona, para el tiempo que tiene y la pasión en su vida. Ejemplo: si se quiere lograr el hábito de hacer ejercicio, y se quiere ir al gimnasio, pero no hay suficiente tiempo para asistir y los horarios de esos espacios, no son compatibles, entonces... lo importante será ubicar que tal vez no sea el mejor ejercicio, y que acudir a un espacio específico no se acomoda con los horarios, entonces, sería importante pensar en otras opciones.
Desde una app para ejercicios básicos de oficina, algún youtuber que realice yoga, pilates, o la utilización de las cuerdas, o simplemente, salir en bicicleta o caminar con el perro por la noche.
Las metas no están referidas a la misión de vida de la persona.
Recuerdo una ocasión una mujer, que no sabía por qué tenía miedo de apuntarse en la escuela otra vez, después de muchos años de haber estudiado, se estaba convenciendo a sí misma, de que quería ir a la universidad y que tendría que estar sentada 8 horas como mínimo. Cuando que al tener hijos, las distancias y su propio negocio, era casi imposible. Sin embargo, al pensar en estudiar en línea, representaba un reto sobre el uso de la tecnología y organizar mejor sus tiempos, pero era una estrategia más adecuada, que el querer forzarse a asistir a la Universidad de manera presencial.
Por eso es que proponerse metas no debería ser sólo como metas inalcanzables, pero tampoco motivo de frustración, simplemente se requiere mejorar la estrategia.
Te dejo esta reflexión para que puedas continuar con tus propósitos de Año Nuevo.
¡Felices reflexiones del 2020!
Mtra. Rosalba Alvarez (Ross)
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