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"Lo que no te mata te hace más fuerte"

  • Foto del escritor: Rosalba J. Alvarez Hernández
    Rosalba J. Alvarez Hernández
  • 5 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

¿Cuántas veces has escuchado decir a las personas esta frase? Creo que han sido a suficientes personas a tu alrededor.


Los acontecimientos que han sucedido desde el año pasado, 2020 hasta este momento, son devastadores para muchas familias, y si no te ha tocado


pasar por el dolor de un duelo, podrías decir que eres bendecido.


Estamos buscando fuerza de por debajo de las piedras para salir adelante con esta situación; tal vez nuestras esperanzas de estar bien han sido vulneradas, y se entremezclan con el miedo a perder a un ser querido más o incluso la vida misma.


Las historias de dolor se hacen cada vez más, padres perdiendo a sus hijos, hijos perdiendo a sus padres, perdiendo parejas, familiares, entre otras tantas, y el cobijo emocional se vuelve cada vez más difícil de soportar.


Sin embargo, ¿podrán entonces estas experiencias ayudarnos a ser más fuertes?, ¿Será que pronto podremos salir de esto?


La fortaleza radica en comprender que en esta experiencia llamada vida, tenemos un final, pasamos viviendo cada día, con la esperanza de un mañana. Nuestros proyectos de vida, nos dan energía para seguir aferrándonos a ser felices y disfrutar con gente amada.



En la medida en que vayamos comprendiendo las razones, que podemos encontrarle a estas desafortunadas experiencias, podremos disfrutar del sol de cada mañana, sin temor de aferrarnos, simplemente aprendiendo a ver la bonanza de cada día.


Aunque sé que si estás en un mal momento, esto sonará como vacío, tal vez sin sentido, pero te invito a hacer el esfuerzo de repasar en tu mente lo siguiente:


  1. Recuerda los momentos más gozosos que has vivido con aquellos que se han ido.

  2. Detente únicamente en observar en tus recuerdos la alegría que esas experiencias te dieron.

  3. Sé consciente de que todo es energía en esta vida, que existen muchas expresiones diferentes de ella, como el aire, que no se puede apreciar con los ojos, pero que se siente con la piel, y se inhala con la nariz. Y que así como el aire, están los sentimientos que construimos con las personas a las que amamos, mismos que prevalecen en nuestro ser, y que generan una conexión. Por lo que sólo bastara que hables con tus seres queridos y ellos estarán ahí.



  1. Disfruta hoy todo aquello que sea posible disfrutar, y agradezcamos que podemos estar de pie, con los nuestros.


Finalmente quiero decirte que todas las heridas que nos ha dejado esta pandemia, pueden sanar si nos empeñamos en lograrlo. Las preguntas frecuentes que se hacen sobre esto, no tienen sentido hoy mismo, pues el agotamiento emocional y el conflicto mental, no dejarán poner atención en lo importante y quizá nadie aún pueda contestar el por qué de esto. Pero, tal vez, sí sea posible el para qué necesitamos vivir esto.


  1. Aprender a vivir en el presente.

  2. A sacar de nuestra vida todos los hábitos que no nos sirven a estar bien.

  3. Darle importancia lo que trasciende y nos ayuda a crecer.

  4. Valorar a cada persona como es, en su conjunto para verlo como el humano que es y no como nos gustaría que fuera.

  5. Evitar juzgar cada hecho como malo o bueno, sino trascenderlo, observar bien el bien mayor a cada circunstancia.



Para despedirme, quiero compartirte lo que me ha servido en este momento, para manejar mejor mi ansiedad.


A.- Pongo atención en mi respiración, al tiempo que dedico un momento para dar cuenta de lo que pasa a mi cuerpo.

B.- Después acelero la respiración sólo un poco y la hago más profunda, a fin de producir una sobre oxigenación en todas mis células y descanse, se libere de la tensión y el exceso de emociones y sensaciones.

C.-Finalmente vuelvo a regular mi respiración y poner atención en mi cuerpo.

D.- Repito un mantra o escucho alguno y me dejo ir en el ritmo del mismo.


Te abrazo desde mi nivel de consciencia, deseando que encuentres aquello que te de Paz. Y te invito a que esta experiencia, nos haga más fuertes.


Atentamente,


Ross





 
 
 

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