"Estamos todos tan juntos y, sin embargo, todos estamos muriendo de soledad" Leo Buscaglia
- Rosalba J. Alvarez Hernández
- 9 sept 2020
- 4 Min. de lectura

Según la última estadística poblacional, tan sólo México contaba con 119,938,473 habitantes en el 2015, ahora imaginemos la población a nivel mundial. ¿Es posible? Cada vez los cerros están más poblados, las constructoras compran casas antiguas y construyen departamentos, cada segundo es posible que también sigan naciendo niños. Y aunque las muertes de la población indiquen menos personas, aún así, seguimos siendo muchos en este planeta.
¡Ahora imagínate los tiempos en los que los poblados eran grandes terrenos de pasto, con árboles y plantas, y las casas eran escasas, había una lejos de otra. ¿Cómo vivirían?, ¿de qué manera se vinculaban con otras personas; cómo serían esas relaciones humanas?
Hagamos el contraste con la realidad actual y posteriormente imaginemos algunas situaciones que pueden estar detrás de este fenómeno. Hace algún tiempo un amigo mío, muy querido, el yogui Rolando Vázquez Perales, me decía que la modernidad con la tecnología estaba acabando con la Naturaleza, pero también quizá con la naturaleza humana. Que la tendencia es ir hacia la 5º dimensión, en donde la tecnología avanzada logrará que la vejez desaparezca al igual que la enfermedad, la vida será mucho más sencilla y serena. Sin embargo también advierte que lo que sucederá con las personas es que se sentirán completamente solos, habrá quienes deseen suicidarse, y podrán hacerlo firmando un permiso.
Entonces, ¿estaremos pasando a un cambio en la evolución, o finalmente el mundo con tanta tecnología, habrá arrancado la naturaleza del hombre, que es estar en la Naturaleza? Son preguntas importantes, puesto que desde hace algunos años hemos registrado muertes importantes a causa de los suicidios, tan sólo en el 2028, según el INEGI, hubo 6808 fallecimientos.
Muchos de los pensamientos suicidas comienzan con la idea de estar completamente solos; por no sentir confianza para contar sus preocupaciones; por no poder darle solución a los problemas personales; las dificultades económicas que desfavorecen esta situación. Haciendo un ciclo de problemáticas entre sociales y personales, que terminan en el fin de una vida. Pero en esencia, ya sea para niños, adolescentes o adultos, es la falta de calidez en las relaciones humanas, que los lleva a sentirse profundamente solos.
Esta importante situación, nos invita a seguir reflexionando sobre varios aspectos:
La rutina de nuestra vida, puede llevar a formas muy específicas y tradicionales de relacionarse, al grado de no percatarse cuando hay algunos indicios de que las cosas no están bien, y que las actitudes de nuestros seres queridos, las mal interpretemos, sin darnos cuenta que puede haber una pérdida de interés por la vida.
La cultura del tiempo es igual a dinero. Las relaciones interpersonales, no quedan fuera de la alienación de las personas a un estereotipo de éxito, en el cual es necesario alcanzar ciertos objetivos materiales, ciertas expectativas físicas de su cuerpo y también ciertas costumbres que hablen de su cultura.
La falta de calidez en las relaciones humanas. La calidez puede traducirse en empatía, diálogo, valores sinceros de crecer en conjunto, red de apoyo emocional. Me parece que es importante detenerse a reflexionar por qué estas cualidades no siempre se dan, qué impide que se den de manera normal. Y he aquí el detalle de muchas situaciones de fondo que no se trabajando en la vida.
El diálogo es muy importante, cuando está enfocado en querer resolver las situaciones; cuando se ha entendido que vivir con rencor no trae consecuencias gratas; cuando se comprende que no existe un parámetro idóneo para medir errores pequeños de errores grandes, al final si se valora como error, es más fácil pasar de ese lugar.
La empatía es posible generarla, cuando salimos de nuestras zonas de confort, esos lugares emocionales, en donde no queremos dar ningún paso, para no sentirnos vulnerados; de alguna forma es salir del egoísmo también para construir con las demás personas.
Los valores, ya no pueden ser un pliego petitorio colgado en la sala de tu casa, sino una serie de acciones, que hayas reflexionado, que te llevan a respetarte y respetar, a quererte y que te quieran, etc. la importancia radica en vivir en congruencia con aquello que dices, pero que tal vez estás lejos de hacer.
Los errores, sin importar los que sean, son errores, las leyes sociales y morales, establecen consecuencias claras en cada falta cometida hacia otra persona. Pero al final del día, son errores, en cada nivel de consciencia, y todos maduramos diferente y en tiempos distintos, lo que generaría que una falta de respeto para mí, pueda no entenderse para alguien que jamás lo ha pensado. En ese sentido. Lo que importa es que las personas estén dispuesta a aprender de eso y avanzar.
Una red de apoyo emocional, podría ser la propia familia, si ésta estuviera dispuesta a dar parte de su tiempo, su esfuerzo y su Paz, para que otros estuvieran bien. Sucede que la gente no acostumbra a hacer eso y al final de los días, se arrepiente de lo que no hizo.
¡Valore usted mismo, reflexione en estas líneas y dése cuenta de la verdad ahí!
¡Felices reflexiones!
Atte
Ross
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