¿Qué significa ser como un niño?
- Rosalba J. Alvarez Hernández
- 14 ene 2015
- 3 Min. de lectura
"Ser como un niño es vivir cada momento sin consciencia del futuro ni del pasado, sin el estigma de lo que no pudo ser y tampoco de lo que será; es crear de cualquier escenario el lugar perfecto para imaginar y jugar" Ross
La infancia es una etapa muy importante en la vida de todo ser humano, aquí se forman las principales creencias para la vida, se aprende de los adultos y de otros niños a resolver situaciones, a comunicarnos con los demás de una forma única.
Es una etapa de crecimiento físico y psicológico que va progresivamente, hasta haber alcanzado la pubertad. Es un periodo en el que los niños necesitan del amor, la aceptación y el apoyo de sus padres o tutores para desarrollarse con plenitud; requieren de los contextos (ambientes) más favorables para desenvolverse e ir aprendiendo.
La infancia también está llena de retos constantes, pues se trata de una continua adaptación y de aprendizaje, no sólo del ambiente que le rodea, sino del propio cuerpo, del descubrimiento de quién se es. Y parece que al ver a tantos niños crecer, incluidos nosotros mismos, podemos dejar de apreciar todos esos cambios evolutivos.
Es increíble como el primer vínculo indiscutible es con la madre, esos encuentros únicos proveedores de calidez, de remanzos y caricias, es la fuente de todo lo posiblemente imaginable, incluso de poder establecer otros vínculos con otras personas. Ese referente que provee de identificación con la vida y también con la muerte, a través de las caricias o también de la lejanía.
Después, llegado el momento, ese vínculo se va haciendo más flexible, va incluyendo tiempos más largos de cercanía y de distancia, va dándole forma al mundo conocible que espera, quizá va mostrando un mundo de significados, nos provee de energía suficiente para la movilidad de las emociones y las sensaciones.
¡Y qué decir cuando el lenguaje aparece!, las percepciones y sensaciones tienen un nombre, aparecen constituidas cada vez que se enuncian, se crean y se recrean, a través de los objetos y de la relación con las personas amadas. Ese mundo imaginario dotado de amor propio, que con el paso del tiempo y la fuerza de lo social, se va convirtiendo en un mundo de estructuras, de categorías, explicaciones y de sentido lógico.
Pero, seguramente los que ya hemos pasado por ahí, tenemos muchos recuerdos, tanto positivos como negativos, a lo mejor hayamos olvidado mucho de ese mundo imaginario que teníamos, cuando acostumbrábamos a soñar despiertos, en el que una silla con ruedas podía ser un gran camión, o la base de un pastel grande, podía servir para formar una linda casa.
¿Recuerdas cuando podías imaginar cualquier cosa por imposible que pareciera y le dabas color, sensación, sonido y la fuerza suficiente para hacerlo realidad dentro de ti?, ¿Aún puedes soñar así, imaginando? Espero que sí, aunque si fuera lo contrario, si hubiera muchas heridas en esa etapa de tu vida, sería importante que pensaras en rescatarte, en ir sanando por dentro y dejar que esa capacidad natural de imaginar brille en ti.
¿Cómo saber si necesito sanar esa etapa de mi vida? En realidad no existe ninguna fórmula; pero si sientes coraje hacia tus padres por algún recuerdo de tu infancia, si existen miedos desde que recuerdas y no es posible que los superes; si constantemente sientes que no puedes avanzar en tu vida pero no sabes a qué se debe; a lo mejor si ni siquiera puedes recordar parte de tu infancia; si eres poco tolerante con algunos niños.
Existen muchos caminos para sanar, desde usar tu creatividad y hacer alguna actividad que disfrutabas mucho desde que eras niño, hasta asistir a un estilo psicotereapéutico y comenzar un tratamiento.
Cuando tenemos heridas del pasado en cualquier etapa de nuestra vida y no se han resuelto, solemos proyectar esa dificultad hacia el exterior, hacia personas cercanas a nosotros, pues es un intento de nuestro inconsciente por resolver esa dificultad, nada más que el principal obstáculo es que esas personas no son tú mismo (a) y en lugar de que se resuelva puedes adquirir nuevos problemas de relacionarte con los demás.
Por eso te invitamos a que durante estos meses, ya iniciando enero, te des la oportunidad de repensar en todo lo expuesto aquí y en nuestras cápsulas para que puedas ser cada vez una mejor persona contigo mismo (a) y con los demás.
¡FELIZ REENCUENTRO CON TU NIÑO (A) INTERIOR!
Atentamente,
Ross
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