EVITANDO PREOCUPARSE
- Rosalba J. Alvarez Hernández
- 19 ene 2015
- 2 Min. de lectura
"La preocupación no elimina el dolor, sino que elimina la fuerza del hoy"
Corrie Ten Boom
(Activista Neerlandesa en los tiempos nazi, que ayudó a los judíos)
¡Qué hermoso sería amanecer cada mañana sin el temor de que algo negativo pasara! Tal vez muchas personas amanecen con la prisa de alistarse para emprender el camino hacia su trabajo, quizá muchas otras planean todo lo que tienen que hacer, preguntándose sobre la mejor forma para realizar cada actividad, a lo mejor otras personas ni siquiera se percatan en la hora y en el día.
De cualquier forma, si eres o no una de esas personas descritas, hoy en día estamos insertos en una dinámica de muchas situaciones pendientes por atender al inicio del día y que conforme se van realizando las preocupaciones se van eliminando. Por lo que precouparse puede ser una reacción natural que nos motiva a planificar las acciones que tomaremos para resolver cada pendiente o problema en el día.
Sin embargo, cada ciudad o estado en México tienen sus propias dificultades en las vías de transporte y en la población, que producen estrés y éste puede generar una mayor preocupación de llegar a tiempo al trabajo, de realizar todos los pendientes lo antes posible, o evitar descuentos por faltas al empleo, entre otras, generando así ansiedad de forma constante.
Y no sólo existe una preocupación a las actividades diarias, incluso hacia cuestiones más intrínsecas de la vida humana, a la muerte, al fallecimiento de nuestros seres queridos, tal vez a no estar solos (as), a no ser buenos (as) en la familia o con la pareja; y algunas otras motivaciones inconscientes de las que quizá no nos hemos percato aún.
Sucede que hablar de preocupaciones también es hablar de la ansiedad, y ésta última tiene que ver con la reacción de nuestro cuerpo, que ocurre al no poder procesar la información en nuestra mente y que intenta resolverse en algún lado, como es nuestro organismo físico.
A lo mejor has notado que te comes las uñas, o te jalas el cabello o te rascas la cabeza, o te frotas alguna parte de tu cuerpo. ¡Puede ser que no estés consciente de eso!
Lo importante aquí es que podamos analizar que muchas veces nuestras preocupaciones están basadas en nuestros pensamientos y quizá la forma en la que pensamos sea ilógica o incorrecta, porque no corresponden a la realidad, sino a alguna parte de nuestras emociones no resueltas. Cuando tenemos de la mano emociones sin resolver, es muy frecuente que nuestros pensamientos tengan un desorden y en consecuencia experimentemos cierto nivel de ansiedad.
Por esta razón en Psicologiando con Ross te recomendamos que tengas claro cuáles son tus preocupaciones, incluso que las escribas, después que planifiques acciones para resolver tus problemas y que te ocupes de lo que SÍ PUEDES REALIZAR, mientras que lo que NO PUEDAS, busques ayuda para resolverlo.
Así que, esperamos que el día de hoy tengas cada vez menos pendientes y por lo tanto menos preocupaciones.
¡FELIZ PLANIFICACIÓN!
Atentamente,
Ross
BIBLIOGRAFÍA
MUY INTERESANTE, Preocuparse "demasiado" es señal de inteligencia, [en línea] www.muyinteresante.es/salud/articulo/preocuparse-qdemasiadoq-es-senal-de-inteligencia
Psicoterapeutas.com, "La preocupación patológica y su tratamiento", [en línea] www.cop.es/colegiados/m-00451/preocp.htm
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