"Las Mujeres"
- Rosalba J. Alvarez Hernández
- 14 mar 2015
- 3 Min. de lectura
“El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”
Simone de Beauvoir (escritora y filósofa francesa)
¿Qué será hablar de la mujer o de las mujeres? Difícil cuestionamiento para aquellos estudiosos y estudiosas en el tema.
La palabra mujer viene del latín mulier-eris, que significa femenino, por lo que podría entenderse a ese ser humano que se diferencía del hombre y que representa o encarne la feminidad de nuestra sociedad.
En Psicologiando con Ross tenemos la convicción de que hablar de las mujeres hoy en día, representa más que un reto, una profunda reflexión sobre la propia condición y los roles sociales que se viven, se encarnan y se reproducen siendo mujer.
Las mujeres tienen una historia tan antigua como la existencia misma de la humanidad, es más no es posible entender la historia de ningún tiempo, sin entender la condición en la que existía la mujer, pese a que los registros de sus actividades no sea tan detallados y considerados como la de los hombres que han sido personajes centrales en los movimientos más destacados de cada época.
Y en esta antigüedad en su existencia misma, la mujer, ha encerrado los más grandes enigmas de la existencia, al tiempo que su sexualidad y la representación de su cuerpo también ha sido depositaria de la sensualidad, la belleza y también las grandes lujurias; ha estado en el anonimato de muchos acontecimientos a la vez que también su presencia ha encabezado grandes conflictos.
En un intento por rescatarnos, por describirnos y tal vez comprendernos, se ha escrito sobre el carácter que nos diferencia pero que también nos hace auténticas de los hombres. Como portadoras de la condición materna; han sido tema de discusiones científicas y han sido las principales responsables de la crianza de la humanidad.
De su relación con sus hijos, han dependido muchas circunstancias a futuro, en el desarrollo e integridad de los seres humanos en crecimiento; ha pasado por grandes luchas por buscar un lugar de reconocimiento social, e infinidad de caminos ha recorrido para encontrarse consigo misma.
Sin embargo, con todo esto no es posible decir que son mejores o peores que el hombre, a pesar de que para descubrir o siquiera intentar comprenderla, la primera referencia sea la diferencia con el hombre.
Tan complicado para una servidora tratar de aportar algo en este blog, pues es recordar el momento en el que por primera vez entendí qué era una mujer, y que curiosamente no había en ese entendimiento las emociones, las necesidades de la misma, sino todo lo contrario, una serie de exigencias interminables, es decir, una serie de lineamientos por cumplir para ser “buena”, “considerada” o “tomada en cuenta”.
Situaciones familiares en donde había favoritismo por aquellos hombres que en apariencia lucían incapacitados para realizar muchas actividades, como el aseo de casa, el lavado de los trastes, la atención a sus ropajes, etc. Experiencias amorosas en donde entablar relación con la madre de los susodichos era una guerra declarada, una batalla por anular a la Otra.
Parecía que ser mujer versaba sobre la capacidad de sostener una batalla silenciosa y salir lo mejor parada posible. Y también parecía que mantener una relación se basaba en ser la más bella, la más complaciente y astuta para no perder el amor de la pareja, frente a otra mujer.
¡Se vivía cansadamente ser mujer bajo esas premisas, con esa enredadera de emociones, y de las que a veces se tenían poca energía para reponerse a tanta exigencia, a tanta falta de empatía y encontrar pocas alternativas para sentir la libertar de ser!
¡Imaginemos por un momento que todas esas situaciones antes descritas forman una estructura mental de pensamiento que lleva a las mujeres a sentirse inseguras de sí mismas!, Ahora reflexionen en lo que sería ser en sí mismas lejos de ese cuerpo suculento y bello que se convierte en el deseo de todo hombre o de otra mujer, cómo sería ser libre de tantas exigencias y acotaciones hacia la mujer!
¡Felices reflexiones a todas las mujeres y hombres en busca de crecimiento!
Atentamente,
Ross
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