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¿Cómo crear confianza?


La semana santa y en concreto las vacaciones, son oportunidades excelentes para reflexionar. En lo personal ha habido eventos que me han dejado sintiendo y pensando el sentido de la vida, los mensajes del inconsciente colectivo, la necesidad e importancia de superar errores, dificultades con otras personas, aprender a manejar mis diferencias de manera asertiva y responsable, etc. Y hoy en este día comienzo a entender esto:

¿Por qué ha sido difícil confiar en las personas?, ¿por qué ha sido casi imposible avanzar en ciertos proyectos de mejoras sociales?, ¿por qué no se han consumado logros familiares?, ¿por qué no podemos darles solución a los problemas sociales por colonia, municipio, estado y país?

Tal vez no tenga respuesta única ni verdadera para esas interrogantes, pero han pasado varias pérdidas que comenzaron como hechos aislados e inexplicables, pero han terminado por ser una serie de mensajes importantes.

En el año 2004 perdí al primer animal de compañía que tuve en mi vida, era una perra maltés que fue mi hermana, mi amiga, mi compañía. Murió atropellada por una patrulla y la causa fue un descuido personal, del cual viví atormentada por 2 años después de eso. Ocurrió en abril de ese año.

En el 2009, en abril, el segundo animal de compañía, Pantera, que marcó mi existencia en la adolescencia, falleció a causa de una enfermedad no diagnosticada por su veterinaria en aquel momento. Era una gata especial, que después de ser una gata salvaje, se convirtió en una muy humanizada.

En el 2010 por las mismas fechas 15 o 16 de abril, falleció el tercer animal de compañía con el que hice un vínculo extraordinario, era un perro llamado Puppy. Fue un mal diagnóstico a una enfermedad pulmonar, que no fue detectada a tiempo.

Hoy, domingo 27 de marzo, fui testigo de una necedad humana que generó responsabilidad en 2 animales de compañía que no han sido tratados con dignidad y respeto y este evento hizo que recordara las fechas y las reflexiones que he tenido en tales eventos y después de parecer aislados, HOY retoman importancia.

He sentido por un lado que lo que aprendi con la Papu, fue a valorar a mis seres queridos, pero también a protegerlos, pensando por ellos, aquello que ellos no pudieran ver, sentir o pensar, para su propio beneficio.

Con Pantera, aprendí a respetar los tiempos de los demás, a que no sucedería los eventos a mi entero placer ni tampoco bajo mis propios valores o preferencias; sino que tendría que esperar a que mis seres queridos también definieran sus propios valores.

Con Puppy, aprendí la regla de la manada, a que todos nos cuidamos entre todos, la familia es como una manada, en donde cada quien tiene una función, que no podemos sustituir, o querer transformar.

Cada uno imprimió su esencia en mí, y tal vez son más situaciones y aprendizajes que me quedé de vivir con ellos, de los que pueda enunciar aquí, pero ellos como animales, han sido estudiados, utilizados para avanzar en la ciencia, también han acompañado a los seres humanos en muchos momentos históricos y de cambio social. Han sido hasta cierto punto utilizados, para fines y objetivos humanos, pero últimamente y desde hace algún tiempo ya, han estado sufriendo la inconsistencia y la incongruencia humana. Al grado que existen leyes que los protegen en una constitución, pero no existen ejecutores de la ley que los hagan valer ese respeto.

Por otro lado, ellos me ayudaron a descubrir la importancia de CONFIAR, totalmente en los seres queridos, y sólo he visto a 2 tipos de especies que son capaces de CONFIAR, a los animales y a los niños.

¿Qué tiene que ver la CONFIANZA, con el RESPETO y el crecimiento humano?

Bueno, aprendí a que mis animales de compañía son capaces de confiar en mis decisiones, sin poder juzgarlas como buenas o como malas, además de no tener cabida la importancia de evaluar las consecuencias de dichas decisiones.

Los animales resuelven de una forma particular las dificultades a las que se enfrentan, poniendo a prueba sus habilidades, pero también asignando líderes para esas tareas y las consecuencias siempre son asumidas en manada.

Mientras que en la especie humana, CONFIAR, es motivo de muchos tratados, conocimientos y reflexiones complicadas, que hablan de la MORAL y también la ÉTICA de las diferentes disciplinas científicas o credos religiosos.

La CONFIANZA, pareciera ser que es sólo una temida y acotada palabra que expresa en sí misma la necesidad de sentir apoyo y compañía, pero que muchas veces es difícil experimentarla. ¿Cuántas personas hoy pueden confiar en su propia familia, ya sea para desahogarse, apoyarse o resolver conflictos?

Cada quien crece en su propio sistema de creencias y según ese sistema es la capacidad de poder confiar en el sistema de creencias de otra persona, aunado a que se tienen grandes expectativas sobre la familia, el trabajo y la pareja, cuando los tres ámbitos tienen dinámicas diferentes. Por un lado la familia da un sentido de pertenencia, incluso de identidad, que diferencia de otras costumbres y creencias, se puede esperar un consuelo y apoyo incondicional de sus miembros. El trabajo da un sentido de utilidad y productividad a cada persona, su expectativa consiste en alcanzar éxito profesional y una estabilidad económica. En la pareja, da muchos motivos de vida, lleva a la satisfacción personal y también da sentido de pertenencia, se espera comprensión, energía revitalizante y motivos para seguir creciendo profesional y emocionalmente.

Sin embargo, cada vez estamos más llenos de leyes y estructuras sistemáticas que rigen nuestro hacer en cada ámbito social, debido a que NO EXISTE CONFIANZA en los vínculos familiares, laborales y personales de pareja. Esto es, existen familias en las que la confianza se ha quebrado y ya no es posible esperar que los hijos cuiden de sus padres cuando ancianos, ni tampoco que los hermanos sean honestos al respecto de los bienes materiales que heredan de los padres; así como tampoco existe la honestidad por parte de los empleadores al momento de contratar a una persona y puede no existir el respeto a los derechos como trabajador; así como tampoco EXISTE UNA GARANTÍA de que una pareja sea 100 por ciento honesta, en lo que dice que siente por la otra persona.

Legalizar y legislar tantos eventos humanos como derechos y obligaciones, ha sido el único recurso hasta ahora para establecer acuerdos de convivencia entre diferentes sistemas de creencias, pero eso, NO HA GARANTIZADO CONFIANZA en el sentimiento, pensamiento y comportamiento de las personas.

Las grandes consecuencias son la incapacidad para lograr acabar con problemas sociales, como la drogadicción, delincuencia, trata de personas, explotación sexual de menores, homicidios, genocidios, feminicidios, abusos de poder, entre otros.

La raíz puede estar en la falta de confianza que hemos generado al no ser honestos con nosotros mismos, al solo pensar que lo importante es estar bien en el propio sistema de creencias y ni siquiera darle importancia al sistema de creencias de otras personas. A la incapacidad de dialogar y comprometerse a construir para un bien común.

Por eso, estos eventos aislados han traído para mi propia experiencia la reflexión en:

Crear CONFIANZA a través de un vínculo con las personas.

Trabajar en la HONESTIDAD sobre mi persona, la pareja, la familia y el trabajo.

Escudriñar en mi SISTEMA DE CREENCIAS, para evaluar si me han servido y si vale la pena continuar con ellas.

Aprender de aquellas familias, parejas y trabajos en donde la CONFIANZA, nos haya llevado a mejores momentos, crecimientos únicos y PAZ.

Sigamos trabajando.

Atte

Ross

 
 
 

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